¿Qué es el liderazgo regenerativo y por qué marcará el rumbo de tu organización?

Carmen Tuñas es socia de Amrop España. Cuenta con más de 20 años de experiencia en búsqueda de ejecutivos y gestión del talento, y se ha encargado de desbloquear talento interno y brindando asesoramiento para la transformación ágil de las organizaciones.

En este artículo, explora el liderazgo regenerativo como una evolución necesaria frente a modelos centrados únicamente en resultados financieros. Este enfoque apuesta por crear impacto positivo neto en lo ambiental, social y organizativo, integrando propósito, innovación y coherencia.

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Carmen Tuñas
Carmen Tuñas
Socia de Amrop España

 

 

"En los últimos años hemos visto cómo el liderazgo ha ido alejándose de los viejos esquemas, que se centraban únicamente en resultados financieros. Esta transformación no es accidental ni estética. Es estructural. Surge de una toma de conciencia: las organizaciones no pueden sostenerse sin un impacto positivo real en las personas, en las comunidades y en el planeta.

En ese contexto, hablamos cada vez más del liderazgo regenerativo. ¿Qué lo diferencia de otros modelos? ¿Por qué está ganando terreno en las empresas más visionarias? Y, sobre todo, ¿qué implica liderar de forma regenerativa en la práctica?"

 

Quiero compartir algunas claves para entender este enfoque que creo que definirá el éxito empresarial del futuro.

 

Mucho más que sostenibilidad: reparar y regenerar

A diferencia del liderazgo sostenible, que busca reducir el impacto negativo, el liderazgo regenerativo va un paso más allá: propone restaurar lo que ya se ha dañado, creando un efecto positivo neto. Es un enfoque que activa un ciclo virtuoso de restauración —en lo ambiental, lo social y lo organizativo— con vocación de permanencia.

Este liderazgo nace del convencimiento de que el bienestar colectivo y el respeto por el entorno no están reñidos con la rentabilidad. Al contrario: son parte del mismo camino.

El éxito ya no se mide sólo en beneficios

Hoy, hablar de éxito exclusivamente en términos financieros es reduccionista. Las empresas líderes del mañana serán aquellas que generen valor en múltiples dimensiones: económica, social, ambiental y reputacional.

Este nuevo paradigma exige incorporar los principios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) en la toma de decisiones, de manera transversal y coherente. No basta con tener un “plan de sostenibilidad”. El liderazgo regenerativo implica una revisión completa del propósito empresarial, de su cultura interna y de cómo se relaciona con sus stakeholders: empleados, clientes, proveedores, comunidades locales e inversores.

¿Por qué ahora?

El contexto es claro: consumidores más conscientes, inversores más exigentes y empleados —especialmente los más jóvenes— que quieren trabajar en empresas que reflejen sus valores. Las compañías que no actúan corren el riesgo de quedar desfasadas o, directamente, ser rechazadas por su entorno.

Este cambio de expectativas no es moda. Es una evolución. Hoy, la rentabilidad y la responsabilidad ya no son caminos separados. Van de la mano.

Así es el líder regenerativo

Liderar de forma regenerativa no es sólo cuestión de intención: requiere una serie de habilidades y actitudes muy específicas. Desde Amrop, identificamos cuatro elementos clave en estos perfiles:

1. Visión holística

No se enfoca solo en beneficios financieros, sino en el impacto global de cada decisión. Su mirada integra las necesidades de todos los grupos de interés.

2. Capacidad de colaboración

Fomenta culturas inclusivas, abiertas al diálogo y orientadas a la cocreación. Sabe que los desafíos complejos requieren inteligencia colectiva.

3. Transparencia y coherencia

Practica una comunicación abierta y comprometida. Rinde cuentas. Y predica con el ejemplo.

4. Innovación con propósito

No innova por novedad, sino por convicción. Invierte en tecnología y procesos que ayuden a regenerar: desde el medioambiente hasta las condiciones sociales y laborales.

Lo que viene: desafíos y oportunidades

El liderazgo regenerativo está aún en construcción, y su evolución vendrá de la mano de avances en inteligencia artificial, energías limpias, nuevas métricas de impacto y formas alternativas de gobernanza.

Pero su mayor desafío es cultural. Cambiar la mentalidad dentro de las organizaciones llevará tiempo y exigirá un liderazgo valiente, constante y formado. Las empresas deberán invertir en capacidades nuevas, en modelos de medición más complejos y, sobre todo, en su gente.

Lo que está claro es que no se trata de una tendencia pasajera, sino de un camino inevitable. Las organizaciones que abracen este modelo atraerán al mejor talento y ganarán reputación: estarán construyendo su resiliencia futura.

Mi convicción es que el liderazgo regenerativo no es una utopía, es una necesidad urgente. Y cuanto antes la entendamos, antes estaremos en disposición de construir organizaciones más humanas, justas y relevantes.