El liderazgo femenino que transforma: de la vocación STEM al legado organizativo

Carmen Tuñas e Isabel Reija son socias de Amrop España. Tuñas lleva más de 20 años trabajando en el ámbito de la búsqueda de ejecutivos y la gestión del talento, tanto a nivel nacional como internacional. Por su parte, Reija cuenta con amplia experiencia en el sector energético, grandes empresas de servicios públicos y nuevos negocios.

A través de este artículo, ambas reflexionan sobre el liderazgo femenino como motor de transformación organizativa, especialmente en sectores STEM. Desde la vocación temprana hasta el legado empresarial, destacan la importancia de visibilizar referentes, impulsar el emprendimiento y construir culturas inclusivas.

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No es difícil darse cuenta de que el liderazgo femenino avanza y se redefine cada día que pasa. Lo que antes se consideraba excepcional hoy empieza a consolidarse como parte esencial de la evolución empresarial. Sin embargo, todavía queda camino por recorrer. Las cifras muestran un progreso lento en la presencia de mujeres en puestos ejecutivos, especialmente en sectores STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), donde la desigualdad sigue siendo estructural.

Aun así, hay señales de cambio. Y una certeza: cuando las mujeres lideran, lo hacen desde una perspectiva que enriquece, transforma y deja huella. Un liderazgo con visión, empatía y compromiso con la sostenibilidad que no sólo rompe techos de cristal, sino que también redefine las reglas del juego.

Vocaciones STEM: sembrar liderazgo desde la base

La transformación empieza mucho antes del primer consejo de administración. Comienza en las aulas, en las decisiones vocacionales, en la forma en que niñas y jóvenes visualizan su futuro. Las vocaciones STEM son hoy un motor de crecimiento económico e innovación, pero siguen teniendo una representación femenina minoritaria.

Desde nuestra experiencia, uno de los grandes retos es la falta de referentes. Cuando las jóvenes no ven mujeres liderando proyectos tecnológicos, energéticos o científicos, es más difícil que se proyecten a sí mismas en esos espacios. Por eso, el primer paso es inspirar. Mostrar que hay un lugar para ellas, que el liderazgo no tiene género y que el talento, si se cultiva, acompaña y visibiliza, termina floreciendo.

La apuesta por la diversidad en STEM no es sólo una cuestión de equidad: es una decisión estratégica. Las organizaciones con liderazgo femenino diverso toman mejores decisiones, gestionan el riesgo con mayor prudencia y fomentan culturas más innovadoras.

El viaje del liderazgo femenino

Construir una carrera directiva no es un salto: es un trayecto. Y como todo viaje, requiere preparación, estrategia y acción. En Amrop hablamos mucho de este proceso como un itinerario que parte de dos preguntas esenciales: ¿Dónde estoy? ¿Y hacia dónde quiero ir?

A partir de ahí, es clave definir objetivos, desarrollar competencias y construir una presencia con impacto. La hoja de ruta puede incluir elementos tangibles, como asumir nuevos retos, participar en redes de liderazgo o trabajar la marca personal. Pero también intangibles que marcan la diferencia: la capacidad de inspirar, generar confianza y transformar con integridad.

El liderazgo femenino, aunque no homogéneo, tiende a incorporar fortalezas como la empatía, la escucha activa y la visión colectiva. Estos rasgos no son exclusivos de género, pero se manifiestan con fuerza en muchas mujeres que lideran desde una conciencia transformadora.

Liderar con propósito, innovar con ambición

Hoy más que nunca, las mujeres están llamadas a emprender, innovar y liderar desde sus ideas. Las plataformas digitales han derribado muchas barreras tradicionales, permitiendo que surjan startups y proyectos liderados por mujeres con impacto real en sus comunidades. Este movimiento, que une vocación técnica y ambición empresarial, es una palanca poderosa de transformación social y económica.

Día tras día, las mujeres que combinan formación STEM con visión de negocio se convierten en referentes capaces de acelerar el cambio. Por eso, el emprendimiento femenino en estos sectores debe ser apoyado con recursos, mentoría y políticas que reconozcan la importancia de la conciliación y la flexibilidad como pilares del desarrollo profesional.

Hacia un liderazgo que deje legado

No se trata sólo de ocupar espacios de poder, sino de transformar su significado. El verdadero liderazgo no es aquel que se ejerce desde la autoridad formal, sino el que deja huella en las personas y en las organizaciones.

Inspiradas por modelos como la teoría de las 5 P’s de John Maxwell —Posición, Permiso, Producción, Personas y Pináculo—, creemos que el liderazgo femenino debe aspirar a trascender. A dejar un legado que sirva de referencia para otras mujeres, pero también para una cultura empresarial más diversa, resiliente y humana.

En conclusión, fomentar las vocaciones STEM, impulsar el emprendimiento y acompañar a las mujeres en su viaje de liderazgo no es una tarea de mujeres para mujeres. Es una responsabilidad compartida. Las organizaciones tienen un papel esencial en crear entornos que reconozcan el talento, lo impulsen y lo integren en los niveles más altos de decisión. El futuro será para aquellas que apuesten por lo digital, por lo sostenible y por lo inclusivo. Y eso solo será posible si las mujeres están, lideran y transforman.